El tema me dejó inquieto. ¿Por qué hay tanta gente de acuerdo con el creacionismo? ¿Qué hay de fundamentalismo y qué hay de ciencia en mi primera reacción? Me permití darle un vistazo al tema.
Se deben distinguir dos sentidos del “creacionismo”. Una cosa es el “creacionismo científico” que en biología se opone a la teoría de la evolución y defiende que cada una de las especies es el resultado de un acto particular de creación. Otra cosa diferente es el “creacionismo” como visión filosófica o teológica. En este segundo sentido nos estamos refiriendo a la teoría según la cual Dios creó el mundo de la nada e interviene directamente en la creación del alma humana en el momento de la concepción.
Se puede ser creacionista en este segundo sentido, y a la vez ser partidario, en el ámbito científico, de la teoría de la evolución.
El Papa Juan Pablo II en una de sus catequesis semanales tocó el tema de la evolución, indicando que ésta es “sólo una probabilidad, no una certeza científica”. Recordó que “la doctrina de fe afirma que el alma espiritual humana es creada directamente por Dios. De acuerdo a la hipótesis mencionada (la evolución), es posible que el cuerpo humano, siguiendo la orden imprimida por el Creador sobre las energías de la vida, pudiera haber sido preparado gradualmente en formas de seres vivientes antecedentes. Pero el alma humana, de la cual depende definitivamente la humanidad del hombre, no puede provenir de la materia, debido a su naturaleza espiritual”. (16-abril-1986)
Dios pudo haber escogido formar el universo a través de un proceso evolucionista. Pero, aunque lo haya hecho así y no lo haya hecho por creación directa, Dios siempre debe ser reconocido como su Creador.
Bajo esta clara premisa, la Iglesia Católica estimula una investigación diligente, seria y honesta, de manera que algún día los científicos puedan conocer con certeza el método que Dios utilizó para llevar al ser humano y al universo hasta su estado actual de desarrollo. La respuesta final no causará conflicto entre la verdad científica y la verdad de fe, ya que Dios es el autor de ambas.
El Magisterio de la Iglesia, en sí, no se opone a la evolución como teoría científica. Por una parte, deja y pide a los científicos que hagan investigación en lo que constituye su ámbito específico. Pero, por otra, ante las ideologías que están detrás de algunas versiones del evolucionismo, deja claros algunos puntos fundamentales que hay que respetar:
- No se puede excluir, «a priori», la causalidad divina. La ciencia no puede ni afirmarla, ni negarla.
- El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. De este hecho deriva su dignidad y su destino eterno.
- Hay una discontinuidad entre el ser humano y otros seres vivientes, en virtud de su alma espiritual, que no puede ser generada por simple reproducción natural, sino que es creada inmediatamente por Dios.
Transcribo ahora algunos de los puntos que los creacionistas le argumentan a los evolucionistas:
- La Evolución es una teoría. Es decir, es sólo una posible explicación de los orígenes del universo, no un hecho científicamente comprobado, menos aún, innegable ... a pesar de lo que digan los libros de texto. Siendo sólo una teoría, debe aceptarse o rechazarse basándonos en evidencia científica.
- Los científicos evolucionistas no pueden demostrar sus teorías como un químico lo hace en un laboratorio, sino que sus teorías las desarrollan basados en interpretaciones razonables, en la que muchas veces incluyen la imaginación.
- La Teoría de la selección natural ha sido seriamente cuestionada por algunos científicos. Las posiciones contrarias a ella están siendo bloqueadas en los medios académicos, lo cual va en contra del método científico.
- En la evolución de las especies el estudio de los fósiles no ofrece pruebas del paso de los peces a los reptiles, de las aves a los mamíferos, ni tampoco eslabones entre una especie y otra. De tal forma que muchos científicos están considerando la evolución como una teoría más bien especulativa.
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Tampoco el “eslabón perdido” que establecería el paso de una especie homínida al hombre actual se ha conseguido todavía. Más aún, como la ciencia evolucionista no es una disciplina estable, suceden revisiones, correcciones y replanteamientos de manera constante. Por ejemplo, hoy en día el Homus Erectus incluye a tres divisiones de fósiles que anteriormente se consideraban diferentes entre sí: el hombre de Pekin, el hombre de Java y el hombre de Neardental. Es decir, actualmente los científicos están dándose cuenta que fósiles que parecían distintos (pocos, por cierto) son esencialmente los mismos.
Otro ejemplo: la teoría de que el ser humano fue en algún momento feroz hoy en día se refuta, ya que hay evidencia de que el ser humano fue desde el principio avanzado en el desarrollo de utensilios, llegó a realizar amputaciones y hasta enterraba a sus muertos con flores. Y esto no corresponde a la categoría de bestia que se la ha dado en algunas teorías evolucionistas.
Estos puntos apoyan que no se tome el evolucionismo como verdad definitiva. Son puntos válidos, que en sí mismos tampoco apoyan el creacionismo en la primera acepción expuesta.