Los conversos eminentes tienen interés por cuanto usualmente son personas que nacieron fuera del contexto de la Iglesia Católica y por tanto aportan una mirada fresca a las riquezas del catolicismo que no son vistas por los propios católicos que nacieron inmersos en ésta. Solemos dar por sentadas muchas cosas sin ser capaces de apreciar su belleza.
Para explicar el tema, quiero transcribir una descripción dada por John Henry Newman en su novela Perder y Ganar[1]: En el capítulo séptimo de la Primera Parte el protagonista se hace preguntas sobre la razonabilidad de la fe: "Siempre he pensado que la razón era un don general y la fe un don particular, personal. Si la fe es realmente racional, todos deberían darse cuenta de que es racional, pero, según eso, será que no es racional. Pero, ¿cómo vamos a encontrar la verdad si no es mediante la razón?". Luego se responde a sí mismo: "Los hombres nos movemos por sentimientos, por pasiones, por el sentido de lo bello, lo bueno y lo santo. Religión es hermosura: nubes, sol y cielo, los campos, los bosques, todo es religión." Luego continúa, haciendo referencia a que en la Iglesia Católica “.. el celebrante, el diácono, los acólitos con cirios, el incienso, los cantos, todo apuntando a un mismo fin, a un solo acto de culto. Notas que realmente estás adorando; todos tus sentidos, ojos, oídos, el olor, todo te dice que se está llevando a cabo un acto de culto ... el coro cantando el Kyrie y el sacerdote y sus ayudantes, inclinados, diciéndose el «Yo confieso» unos a otros. Esto es adoración y está a años luz por encima de la razón."
El punto no es menor. Algunas denominaciones protestantes procuraban ser muy austeras en tiempos de Newman, y la facción pro protestante de la Iglesia Anglicana entendía la liturgia muy centrada en La Palabra, sin adornos. Por el contrario la Iglesia Católica siempre ha llenado la Liturgia de signos que resaltan el contenido del culto, y aprovechan los cincos sentidos para transmitir el mensaje: los gestos, las luces, el humo de los cirios en la atmósfera, los colores litúrgicos, la música y los cantos, el incienso, el abrazo de la paz, los responsorios, las oraciones comunes, ... el ser humano en su integridad cuerpo-alma elevan a Dios su plegaria y su alabanza.
En el capítulo veinte de la Segunda Parte de la misma novela Newman pone en boca de un amigo del protagonista, converso al catolicismo, la descripción de sus sentimientos por la Misa: "No se trata de recitar unas palabras. Es una gran Acción, la Acción más grande que puede darse en la tierra. Es no solo la invocación sino ... la evocación del Dios Eterno. El que hace temblar a los demonios, el que recibe la reverencia constante de los ángeles, Él mismo se hace presente sobre el altar en cuerpo y sangre. Ése es el hecho sobrecogedor que da sentido a toda la Misa. Las palabras hacen falta, pero sólo como medios, no como fines. Las palabras hacen mucho más que dirigirse al trono de la gracia, son instrumentos de algo que es mucho más alto: la consagración, el sacrificio. Que todo es muy apresurado, dices tú ... Sí, las palabras van rápidas..., como si estuvieran impacientes por cumplir su misión. Son rápidas; todo es rápido, porque todas son partes de una acción única. Son rápidas, porque son las palabras impresionantes de un sacrificio, algo demasiado grande como para demorarse en ellas. «Lo que has de hacer, hazlo rápido». Pasan de prisa porque el Señor Jesús pasa con ellas; como pasó de prisa por el lago llamando primero a uno, después a otro. Pasan rápidas, porque como el relámpago reluce de una parte a otra del cielo, así es la venida del Hijo del Hombre. Pasan rápido, porque son como las palabras de Moisés invocando el nombre de Dios, que descendía cubriéndole con su nube. Como Moisés en la montaña, nosotros también «corremos e inclinamos la cabeza hasta el suelo, adorando». Nosotros también, no solo el sacerdote, cada uno desde su sitio y en todas partes anhelamos el gran advenimiento, «aguardamos el movimiento del agua». Cada uno en su sitio, desde su corazón, sus deseos, sus pensamientos, sus intenciones, con su propia petición; distintos pero unidos, contemplando lo que pasa, contemplando cómo pasa, uniéndose a la consumación de todo aquello... y no limitándose a seguir de principio a fin, aburrido y cansado, unas fórmulas monótonas; todos y cada uno. Como instrumentos musicales, distintos y unánimes, participando con el sacerdote de Dios, apoyándole, guiados por él, lanzamos al cielo una plegaria de valor infinito..."
Este extracto creo que da cuenta del atractivo de la prosa del cardenal Newman. En la próxima entrada tocaremos otras de sus reflexiones.
[1] Perder y ganar. John Henry Newman. Editorial Encuentro. 5ta edición. Madrid 2017. Pags. 313 y 314.
Blog que incorpora apologética (defensa de la fe), ética en el contexto de la sociedad actual y, en general, formación.
miércoles, 16 de agosto de 2017
martes, 8 de agosto de 2017
Biografía de John Henry Newman[1]
Habiendo leido la entrada anterior, en donde se proporciona un contexto de la época que vivió, se hace una corta biografía del beato Newman:
(1801) Nacimiento en la ciudad de Londres. Hijo de un trabajador de un banco, lo cual le dio la posibilidad de estudiar en un colegio privado.
(1816) Último año de colegio. Año en que conoce el evangelismo anglicano, que "le dotó de un sentido de lo religioso que lo hizo inmune a la tentación a las malas compañías" tanto en el colegio de Ealing como luego en Oxford.[2] Decide permanecer célibe. Destacable que haya sido a sus quince años, pero aún más porque el concepto era poco común tanto en la sociedad inglesa como en la propia Iglesia Anglicana.
(1825) Se ordena presbítero anglicano.
(1826) Tutor en Oriel College, de la Universidad de Oxford, mismo año en que es nombrado becario Froude, luego miembro del movimiento de Oxford y cercano amigo de Newman. "Froude fue una fuente pausada pero inagotable de inspiración religiosa, no solo por su modo de hablar y comunicarse, sino también por su gran clase intelectual, que necesariamente debió causar un impacto perdurable en la receptiva y crítica mente de Newman. Froude fue uno de los primeros británicos de creencias anglicanas que intentaron y consiguieron hacerle justicia a la iglesia de Roma y utilizaron para ella un lenguaje respetuoso y amable. Alentó así en Newman una visión nueva sobre la comunión Romana, sin ignorancia afectada, y poco a poco, sin prejuicios importantes"[3].
(1828) Comienza a leer los Padres de la Iglesia. Muere su hermana Mary, de la que es muy cercano. En el mismo año Newman fue nombrado vicario de Santa María, Iglesia del recinto universitario a la que se unió el beneficio de Littlemore (al sur de la ciudad de Oxford) en donde Newman consigue construir hacia 1935 una capilla, estilo gótico, que se convirtió en un modelo para las iglesias pequeñas de la época[4]. En Santa María predica sermones a los jóvenes universitarios donde pretendía alejarlos "de una espiritualidad pietista, burguesa, sin raíces en la vida cotidiana, y devolverles al ámbito de la verdadera batalla cristiana en medio del mundo"[5]. Pusey, un eminente teólogo, fue nombrado Profesor Regio de Hebreo en Oxford. También fue escritor de algunos «tractos» del movimiento de Oxford.
(1830) Época en que se acaba su evangelismo anglicano. Los principios básicos del evangelismo anglicano eran: escasa elaboración doctrinal, acento en lo afectivo, autoridad de la sola Escritura y justificación por la sola Fe que hace del bautismo algo meramente simbólico, distinción entre elegidos y cristianos puramente nominales, preponderancia de la actividad externa destinada a provocar la conversión carismática del corazón del hombre tibio[6].
(1832-33) Viaje al Mediterraneo italiano en compañía de Froude. En el viaje enfermó Newman y durante ésta concibió que su misión era reformar la Iglesia Anglicana.
(1833) Un sermón titulado "Apostasía nacional" dado por el teólogo y poeta John Keble fue el que incentivó a Newman a dar el paso hacia la reforma que había concebido como misión, iniciando la publicación de los “Tracts of the Times”, lo que a su vez dió forma a lo que se denominó el movimiento de Oxford. Su objetivo era asegurar a la Iglesia de Inglaterra una base definida de doctrina y disciplina.
(1833) Publicación de los tractos #1 #2, #3, #6, #7 y #11, entre otros de los que era autor: “Pensamientos sobre la comisión Ministerial", "La Iglesia católica”, “Pensamientos respetuosamente dirigidos al clero sobre alteraciones en la Liturgia. El servicio de entierro. El Principio de la Unidad.”, “La actual obligación de la práctica primitiva. Un pecado de la Iglesia.”, “La Iglesia Episcopal apostólica” y “La Iglesia Visible”, respectivamente. Para los anglicanos el catolicismo incorpora lo litúrgico, pero excluye la subordinación a Roma.
(1834) Publicación de los tractos #31, #33, #34, #38 y 41, y #47, entre otros de los que era autor: “La Iglesia Reformada”, “El Episcopado primitivo”, “Ritos y usos de la Iglesia”, “La Via media” y “Sobre la Iglesia Visible”, respectivamente.
(1836) Publica el tracto #75 del que era autor: “Sobre el Breviario Romano como encarnando la sustancia de los Servicios Devocionales de la Iglesia Católica”. También escribió en el ámbito político "Aclaraciones de las afirmaciones teológicas del Dr. Hampden" para evitar que el primer ministro lo nombrase para la cátedra de Teológía en Oxford. El escrito era un muestrario e implacable crítica a Hampden probando su heterodoxia y reduccionismo dogmático[7].
(1837) Publica el tracto #79, del que era autor: “Sobre el Purgatorio”. El purgatorio no era admitido por parte de la Iglesia Anglicana.
(1841) Publica el tracto # 90. En este examen detallado de los Treinta y nueve artículos sugirió que sus redactores dirigieron sus negaciones no contra el credo autorizado del catolicismo, sino solamente contra los errores populares y las exageraciones. Recibió un gran rechazo por parte de los opositores al Movimiento de Oxford y su obispo lo obligó a no volver a publicar mas tractos.
(1842) Inicia su retiro en Littlemore, donde vivió cuatro años bajo condiciones monásticas con un pequeño grupo de seguidores. Entre los protestantes no hay monasterios, por lo cual fue algo muy inusual. Años más tarde, en su libro "Perder y ganar" enuncia su pensamiento de que la llamada al celibato es ahogada por la sociedad, pero que él no era el único que había recibido tal llamado.
(1843) Retractación formal de todas las afirmaciones que pronunciara contra Roma. Aduce que siempre siguió a los teólogos que así lo afirmaban, pero sin conocer él personalmente mayor cosa sobra la Iglesia de Roma.
(1845) Es acogido en la Iglesia Católica por parte del Cardenal Wiseman.
(1847) Ordenado sacerdote católico.
(1848) Escribe su novela filosófica Perder y Ganar. Describe el clima religioso de la Universidad de Oxford durante la década de 1840, un momento de gran contienda entre varias facciones dentro de la Iglesia de Inglaterra. Algunas facciones abogaban por las doctrinas protestantes, renunciando al desarrollo de la doctrina a través de la tradición y enfatizando la interpretación privada de las Escrituras y unas exigencias morales cercanas al puritanismo (era lo que se denominaba la Low Church). Contra estas y otras facciones religiosas liberales, es que el Movimiento de Oxford defendía una interpretación católica de la Iglesia de Inglaterra, alegando que la Iglesia y sus tradiciones eran autoritarias (lo que se denominaba la High Church).
(1851) Se convierte al catolicismo Henry Edward Manning, clérigo de la Iglesia de Inglaterra desde 1832, luego Cardenal. También miembro del movimiento de Oxford. En 1842 empezó a compartir púlpito con Newman en la capilla de St. Mary’s. Fue importante para la conversión de la madre de Hilarie Belloc, quien fue un futuro apologeta católico y difusor del distribucionismo, modelo económico apoyado por la Iglesia Católica. Manning no se llevó bien con Newman por considerarlo un converso de corazón anglicano.
(1854) Funda la Universidad de Irlanda a solicitud de los obispos de dicho país. Las universidades existentes en Irlanda eran protestantes y deseaban crear una católica. Newman abogaba por una educación en dónde hubiera cabida para todas las confesiones, y en la que el laicado se preparara para ser fermento en el mundo, pero no recibió respaldo a sus propuestas[8].
(1859) Funda una escuela en su oratorio de Birmingham (donde estudió el propio Hilarie Belloc). Newman les proponía a los jóvenes un alto ideal de vida y exigencia en la vida intelectual y espiritual.
(1859) Se pone al frente de la revista católica Rambler. Inicia un periodo de depresión para Newman, que continuó hasta 1864.
(1864) Escribe “Apologia pro vita sua, historia de mis ideas religiosas”. Defiende sus creencias frente a las críticas en torno a su propia conversión, el sacerdocio y la Iglesia Católica. Uno de sus grandes apostolados fue intentar convencer a la sociedad inglesa que se puede ser ingles y católico simultáneamente.
(1875) Publica su carta al Duque de Norfolk, "donde desarrolla el tema de la conciencia como lugar sagrado de encuentro ente dos personas, la persona Divina y la persona humana... Newman se desmarca claramente del sentido de conciencia que tienen los protestantes, en cuanto que, para estos, la conciencia significa subjetivismo y juicio privado, mientras que para Newman, la conciencia debe estar formada y sometida a la verdad"[9]
(1879) Es nombrado Cardenal.
(1890) Muere.
(2010) Beatificado por el papa Benedicto XVI.
__________________________________
[1] Fuente: Wikipedia donde no se indica lo contrario.
[2] Perder y ganar. John Henry Newman. Editorial Encuentro. 5ta edición. Madrid 2017. pag 33
[3] Newman (1801-1890). José Morales. Ediciones RIALP. Madrid 2010.
[4] Fuente: Wikipedia, en la entrada https://en.wikipedia.org/wiki/Littlemore
[5] Nota a pie de página de la 5ta edición de Perder y ganar, ya mencionada, en la pag 151, cuya fuente, a su vez, es José Morales.
[6] Newman y la crisis actual frente a frente. Rafael Pardo Fernández. Editorial San Pablo. Madrid. 2014.
[7] Newman (1801-1890). José Morales. Ediciones RIALP. Madrid 2010.
[8] Newman y la crisis actual frente a frente. Rafael Pardo Fernández. Editorial San Pablo. Madrid. 2014.
[9] Ibidem
(1801) Nacimiento en la ciudad de Londres. Hijo de un trabajador de un banco, lo cual le dio la posibilidad de estudiar en un colegio privado.
(1816) Último año de colegio. Año en que conoce el evangelismo anglicano, que "le dotó de un sentido de lo religioso que lo hizo inmune a la tentación a las malas compañías" tanto en el colegio de Ealing como luego en Oxford.[2] Decide permanecer célibe. Destacable que haya sido a sus quince años, pero aún más porque el concepto era poco común tanto en la sociedad inglesa como en la propia Iglesia Anglicana.
(1825) Se ordena presbítero anglicano.
(1826) Tutor en Oriel College, de la Universidad de Oxford, mismo año en que es nombrado becario Froude, luego miembro del movimiento de Oxford y cercano amigo de Newman. "Froude fue una fuente pausada pero inagotable de inspiración religiosa, no solo por su modo de hablar y comunicarse, sino también por su gran clase intelectual, que necesariamente debió causar un impacto perdurable en la receptiva y crítica mente de Newman. Froude fue uno de los primeros británicos de creencias anglicanas que intentaron y consiguieron hacerle justicia a la iglesia de Roma y utilizaron para ella un lenguaje respetuoso y amable. Alentó así en Newman una visión nueva sobre la comunión Romana, sin ignorancia afectada, y poco a poco, sin prejuicios importantes"[3].
(1828) Comienza a leer los Padres de la Iglesia. Muere su hermana Mary, de la que es muy cercano. En el mismo año Newman fue nombrado vicario de Santa María, Iglesia del recinto universitario a la que se unió el beneficio de Littlemore (al sur de la ciudad de Oxford) en donde Newman consigue construir hacia 1935 una capilla, estilo gótico, que se convirtió en un modelo para las iglesias pequeñas de la época[4]. En Santa María predica sermones a los jóvenes universitarios donde pretendía alejarlos "de una espiritualidad pietista, burguesa, sin raíces en la vida cotidiana, y devolverles al ámbito de la verdadera batalla cristiana en medio del mundo"[5]. Pusey, un eminente teólogo, fue nombrado Profesor Regio de Hebreo en Oxford. También fue escritor de algunos «tractos» del movimiento de Oxford.
(1830) Época en que se acaba su evangelismo anglicano. Los principios básicos del evangelismo anglicano eran: escasa elaboración doctrinal, acento en lo afectivo, autoridad de la sola Escritura y justificación por la sola Fe que hace del bautismo algo meramente simbólico, distinción entre elegidos y cristianos puramente nominales, preponderancia de la actividad externa destinada a provocar la conversión carismática del corazón del hombre tibio[6].
(1832-33) Viaje al Mediterraneo italiano en compañía de Froude. En el viaje enfermó Newman y durante ésta concibió que su misión era reformar la Iglesia Anglicana.
(1833) Un sermón titulado "Apostasía nacional" dado por el teólogo y poeta John Keble fue el que incentivó a Newman a dar el paso hacia la reforma que había concebido como misión, iniciando la publicación de los “Tracts of the Times”, lo que a su vez dió forma a lo que se denominó el movimiento de Oxford. Su objetivo era asegurar a la Iglesia de Inglaterra una base definida de doctrina y disciplina.
(1833) Publicación de los tractos #1 #2, #3, #6, #7 y #11, entre otros de los que era autor: “Pensamientos sobre la comisión Ministerial", "La Iglesia católica”, “Pensamientos respetuosamente dirigidos al clero sobre alteraciones en la Liturgia. El servicio de entierro. El Principio de la Unidad.”, “La actual obligación de la práctica primitiva. Un pecado de la Iglesia.”, “La Iglesia Episcopal apostólica” y “La Iglesia Visible”, respectivamente. Para los anglicanos el catolicismo incorpora lo litúrgico, pero excluye la subordinación a Roma.
(1834) Publicación de los tractos #31, #33, #34, #38 y 41, y #47, entre otros de los que era autor: “La Iglesia Reformada”, “El Episcopado primitivo”, “Ritos y usos de la Iglesia”, “La Via media” y “Sobre la Iglesia Visible”, respectivamente.
(1836) Publica el tracto #75 del que era autor: “Sobre el Breviario Romano como encarnando la sustancia de los Servicios Devocionales de la Iglesia Católica”. También escribió en el ámbito político "Aclaraciones de las afirmaciones teológicas del Dr. Hampden" para evitar que el primer ministro lo nombrase para la cátedra de Teológía en Oxford. El escrito era un muestrario e implacable crítica a Hampden probando su heterodoxia y reduccionismo dogmático[7].
(1837) Publica el tracto #79, del que era autor: “Sobre el Purgatorio”. El purgatorio no era admitido por parte de la Iglesia Anglicana.
(1841) Publica el tracto # 90. En este examen detallado de los Treinta y nueve artículos sugirió que sus redactores dirigieron sus negaciones no contra el credo autorizado del catolicismo, sino solamente contra los errores populares y las exageraciones. Recibió un gran rechazo por parte de los opositores al Movimiento de Oxford y su obispo lo obligó a no volver a publicar mas tractos.
(1842) Inicia su retiro en Littlemore, donde vivió cuatro años bajo condiciones monásticas con un pequeño grupo de seguidores. Entre los protestantes no hay monasterios, por lo cual fue algo muy inusual. Años más tarde, en su libro "Perder y ganar" enuncia su pensamiento de que la llamada al celibato es ahogada por la sociedad, pero que él no era el único que había recibido tal llamado.
(1843) Retractación formal de todas las afirmaciones que pronunciara contra Roma. Aduce que siempre siguió a los teólogos que así lo afirmaban, pero sin conocer él personalmente mayor cosa sobra la Iglesia de Roma.
(1845) Es acogido en la Iglesia Católica por parte del Cardenal Wiseman.
(1847) Ordenado sacerdote católico.
(1848) Escribe su novela filosófica Perder y Ganar. Describe el clima religioso de la Universidad de Oxford durante la década de 1840, un momento de gran contienda entre varias facciones dentro de la Iglesia de Inglaterra. Algunas facciones abogaban por las doctrinas protestantes, renunciando al desarrollo de la doctrina a través de la tradición y enfatizando la interpretación privada de las Escrituras y unas exigencias morales cercanas al puritanismo (era lo que se denominaba la Low Church). Contra estas y otras facciones religiosas liberales, es que el Movimiento de Oxford defendía una interpretación católica de la Iglesia de Inglaterra, alegando que la Iglesia y sus tradiciones eran autoritarias (lo que se denominaba la High Church).
(1851) Se convierte al catolicismo Henry Edward Manning, clérigo de la Iglesia de Inglaterra desde 1832, luego Cardenal. También miembro del movimiento de Oxford. En 1842 empezó a compartir púlpito con Newman en la capilla de St. Mary’s. Fue importante para la conversión de la madre de Hilarie Belloc, quien fue un futuro apologeta católico y difusor del distribucionismo, modelo económico apoyado por la Iglesia Católica. Manning no se llevó bien con Newman por considerarlo un converso de corazón anglicano.
(1854) Funda la Universidad de Irlanda a solicitud de los obispos de dicho país. Las universidades existentes en Irlanda eran protestantes y deseaban crear una católica. Newman abogaba por una educación en dónde hubiera cabida para todas las confesiones, y en la que el laicado se preparara para ser fermento en el mundo, pero no recibió respaldo a sus propuestas[8].
(1859) Funda una escuela en su oratorio de Birmingham (donde estudió el propio Hilarie Belloc). Newman les proponía a los jóvenes un alto ideal de vida y exigencia en la vida intelectual y espiritual.
(1859) Se pone al frente de la revista católica Rambler. Inicia un periodo de depresión para Newman, que continuó hasta 1864.
(1864) Escribe “Apologia pro vita sua, historia de mis ideas religiosas”. Defiende sus creencias frente a las críticas en torno a su propia conversión, el sacerdocio y la Iglesia Católica. Uno de sus grandes apostolados fue intentar convencer a la sociedad inglesa que se puede ser ingles y católico simultáneamente.
(1875) Publica su carta al Duque de Norfolk, "donde desarrolla el tema de la conciencia como lugar sagrado de encuentro ente dos personas, la persona Divina y la persona humana... Newman se desmarca claramente del sentido de conciencia que tienen los protestantes, en cuanto que, para estos, la conciencia significa subjetivismo y juicio privado, mientras que para Newman, la conciencia debe estar formada y sometida a la verdad"[9]
(1879) Es nombrado Cardenal.
(1890) Muere.
(2010) Beatificado por el papa Benedicto XVI.
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[1] Fuente: Wikipedia donde no se indica lo contrario.
[2] Perder y ganar. John Henry Newman. Editorial Encuentro. 5ta edición. Madrid 2017. pag 33
[3] Newman (1801-1890). José Morales. Ediciones RIALP. Madrid 2010.
[4] Fuente: Wikipedia, en la entrada https://en.wikipedia.org/wiki/Littlemore
[5] Nota a pie de página de la 5ta edición de Perder y ganar, ya mencionada, en la pag 151, cuya fuente, a su vez, es José Morales.
[6] Newman y la crisis actual frente a frente. Rafael Pardo Fernández. Editorial San Pablo. Madrid. 2014.
[7] Newman (1801-1890). José Morales. Ediciones RIALP. Madrid 2010.
[8] Newman y la crisis actual frente a frente. Rafael Pardo Fernández. Editorial San Pablo. Madrid. 2014.
[9] Ibidem
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