Una amiga de juventud de mi esposa está casada con un musulmán. Viven ahora al norte de África, en el país de origen de él. Dos personas estupendas a las que estimamos mucho. Esta Navidad vino ella a visitarnos junto a sus tres hijos. El mayor tiene ocho años. Sentí una gran afinidad con él.
La importancia de la anécdota es que este chico se sintió muy impactado de estar en un país donde la mayoría de la población es cristiana. Y la musulmana prácticamente inexistente. Su corazón se llenó de sanos cuestionamientos. Ha sido educado en la fe musulmana y quiere entender por qué tanta gente es cristiana, qué significa eso para su fe (la personal) y como cimentar mejor su fe ante tales preguntas. Me recordó la honesta búsqueda de la verdad por parte de San Agustín y lo angustioso de esa búsqueda como bien la describe Newman en Apologia pro vita sua.
No voy a escribir de sus inquietudes, las cuales espero que siga teniendo y buscándoles respuesta, en el respeto y la honestidad. Pero sí deseo escribir de un punto de los muchos que aprendí acerca del islamismo. Una manera en la que cuestionan el cristianismo es preguntando ¿por qué consideran los cristianos a Jesús como Dios Hijo si él, Jesús, el profeta, jamás dijo de sí mismo tal cosa? Pregunta retórica, porque no espera respuesta, sino que es una manera de cuestionar la racionalidad de la fe cristiana. Saben que en los Evangelios no se encontrará una referencia explícita en la que Jesús diga «Yo soy Dios Hijo.» Pero indica que es factible responderles lo cuestionado tomando los Evangelios como fuente para la respuesta, de otra manera no tendría sentido la pregunta[1].
¿Qué dijo Jesús de sí mismo en los Evangelios? Yo soy: “«Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»” (Jn 8, 24) "Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.»” (Jn 8, 28) "Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»" (Jn 8, 58) y "«Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.»". (Jn 13, 19); “«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»” (Jn 14, 6-7): "Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»" (Jn 11, 25-26); "Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»" (Jn 8, 12); "«Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.»" (Jn 10, 11) "Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.»" (Jn 10, 7) "«Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto»" (Jn 10, 9); "«Yo soy el pan de la vida.»" (Jn 6, 48) y "Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.»" (Jn 6, 35); "«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador.»" (Jn 15, 1); "Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.»" (Jn 18, 37). Hasta ahora, sólo referencia al Evangelio según San Juan.
Hay una referencia importante en el evangelio según San Marcos: "Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.»" (Mc 14, 61-62).
Consecuencia de estas afirmaciones acerca de sí mismo.
Yo soy es el nombre que Dios se dio a sí mismo cuando Moisés, el patriarca que representa la Ley, le preguntó por su nombre (Ex 3, 13-14). Eso era claro para todo judío de los tiempos de Jesús. Es claro para todo cristiano hasta el día de hoy. Y debería ser claro para aquellos que tienen por revelado por Dios el libro del Éxodo. Esto significa que sí se dio a si mismo una referencia relativa al Dios Único y Todopoderoso que no tiene ni principio ni fin porque siempre Es. Y también dejó claro que Él existía desde antes de Abraham, el patriarca de la fé y quien dió inicio al pueblo de Dios. Y también estableció que en Él está la vida eterna. Por tanto, estableció claramente que es eterno desde siempre y para siempre, atributo que sólo el Dios Único y Todopoderoso tiene.
Pero añade más. «Nadie va al Padre si no es por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre». Cuando Jesús habla de su padre, un lugar común es decir que todos somos hijos de Dios, pero Jesús no dice “nuestro Padre”. Habla de Dios como de Su padre en exclusiva. Pero es más explícito al responderle al Sumo Sacerdote que sí es el Hijo del Bendito, respuesta que sabía le acarrearía la muerte.
Por tanto, sí dijo de si mismo que era Dios y que era Hijo de Dios. Consecuencia: es Dios Hijo.
¿Cómo así que el Dios Único y Todopoderoso es al menos dos? Es otro punto incomprensible para los musulmanes. Las Sagradas Escrituras nos explican que el Dios Único y Todopoderoso es trinitario: tres personas en una sola naturaleza. Hemos de confesar que los católicos lo llamamos misterio. Para los cristianos es un hecho, así no sea comprensible para nuestro intelecto.
Es un hecho en el que debemos vernos reflejados. Dios no es un ser solitario. Es un Dios comunidad de amor. Y los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza suya. Por eso somos sexuados y necesitamos crear comunidades de amor. El del esposo por su esposa y el de la esposa por su esposo. Y de ese mutuo amor surgen los hijos, de igual forma que del amor del Padre y el Hijo se engendra, no se crea, el Espíritu Santo.
Pero el asunto tiene un mayor fondo. Los cristianos no nos consideramos hijos de Dios por merecimiento propio, sino por bondad de Dios Padre, por intermediación de Dios Hijo y por acción del Espíritu Santo. Me explico. No es posible que el ser humano en su humanidad obtenga la dignidad de heredero del reino de Dios sin la mediación de Dios que se hace humano para unir en sí a la frágil y corruptible humanidad y a la sublime divinidad en una sola naturaleza. Dios, totalmente divino, debía hacerse totalmente humano, simultáneamente, para reconciliar dos naturalezas irreconciliables. Sólo mediante este incomparable acto de amor es posible que podamos llamar a Dios padre nuestro. ¿Cómo es posible que Dios se abaje hasta el punto de hacerse un ser humano? Muchos se niegan a tal concepción. Esta es nuestra principal y fundamental diferencia con los musulmanes. Los cristianos sí creemos que Dios se abajó y se hizo hombre.
Los musulmanes también creen que Jesús no fue crucificado, y mucho menos que murió en la cruz. Que era el plan de los enemigos de Jesús el crucificarlo, pero Dios lo salvó y lo elevó hacia Sí antes de que muriera[2]. Tal concepción va en contra de toda la fe cristiana. Si el verdadero Dios y verdadero hombre no muere de manera verdadera, no hay cordero expiatorio. No hay Pascua. No hay liberación de la esclavitud. No hay entrega voluntaria del Hijo, ni muestra absoluta de Amor por parte del Padre. No hay Redención de la naturaleza humana por parte del único sacrificio que es realmente valioso. Y no tiene sentido la historia de la salvación consignada en el Antiguo Testamento.
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[1] La respuesta dada es válida en términos de la pregunta, no obstante, en el propio Corán se lee que Jesucristo habría negado enfáticamente Su propia divinidad (Corán 5:116), por lo que en términos generales, no puede haber diálogo sobre dicho punto si se considera el Corán como la última palabra. (Tomado de http://www.conocereislaverdad.org/JPIIyelIslam.htm)
[2] Tomado de https://www.islam-guide.com/es/ch3-10.htm
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