sábado, 24 de septiembre de 2016

Una experiencia sobrenatural

Una noche me acosté, ya tarde, pero el sueño no llegaba, afectado como estaba por la enfermedad de mi hermano: un cáncer terminal. Así que como las otras noches, me metí en mi saco de dormir en la sala del apartamento de mis padres y empecé a rezar el Rosario para acompañar a mi hermano en su dolor.


Al poco tiempo de empezar, me sentí como dentro de una amplia tienda de campaña de color marrón. En la tienda entró un monje. Por lo menos así me pareció por su atuendo de lana burda color café y su capucha puesta sobre la cabeza. Tenía al cinto un largo rosario. Sin decir palabra se sentó a mi izquierda y me acompañó en el rezo. No habían pasado un par de aves marías cuando otro monje entró en la tienda. También sin mediar palabra se sentó a la izquierda del primero y nos acompañó. Así fue avanzando el Santo Rosario, con la entrada graneada de una docena de hombres, todos de vida contemplativa, que se fueron sentando al borde de la carpa acompañándonos en el rezo. Aún sin conocerlos, me daba cuenta que no pertenecían a la misma orden religiosa. De algún modo cada uno era diferente. Ya acabando la oración entendí que eran Santos que se habían unido a mi oración y que entre todos formábamos un cenáculo que intercedía por mi hermano. Una vez acabada la oración quedé profundamente dormido en la paz del Señor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario