viernes, 27 de mayo de 2016

El Orden Sacerdotal

El libro de los hechos de los apóstoles menciona cómo se instituyeron discípulos adicionales a los que habían seguido a la persona de Jesús en sus años de predicación: “Los Doce convocaron la asamblea de los discípulos y dijeron: «No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra.»

Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos.” (Hc 6, 2-6)

Este pasaje en particular hace referencia a lo que hoy en día son los Diáconos en las parroquias católicas, personas casadas que ejercen el ministerio excepto el de la Eucaristía y el de la Reconciliación, el cual quedó reservado a sus discípulos. Pero deja por cierto que había una institución que pasó de los doce a sucesores a quienes ellos imponían las manos:
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios para anunciar la Promesa de vida que está en Cristo Jesús, … Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. (II Timoteo 1,1 y 6)
El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené. (Tito 1, 5)
La función ministerial de la enseñanza y predicación de pastores y presbíteros no ha tenido discusión entre las diferentes iglesias. Pero la palabra sacerdocio está relacionada con el ritual del sacrificio. En ese sentido es que no existen sacerdotes en las iglesias cristianas protestantes. El sacrificio hace referencia a la Eucaristía, la cual se discute en el siguiente capítulo.

A veces pienso que cuando Jesús dijo en la Última Cena acerca del pan “Tomó luego el pan, y, dadas las gracias, lo partió y se los dio diciendo «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros: haced esto en recuerdo mío»” (Lc 22, 19) (resaltado puesto por el autor), hacía referencia en un segundo sentido a la labor de dispensación de su cuerpo eucarístico por parte de los sacerdotes. Ya había tocado ese mismo punto antes en la multiplicación de los panes, el anticipo de la Última Cena: «Dadles vosotros de comer.» (Lucas 9,13).

Basta sólo adelantar que los católicos consideramos al sacerdote en el altar como el elemento sensible de la presencia de Cristo, y por eso la Eucaristía se oficia dirigiéndose a Dios Padre, porque es la palabra de Dios Hijo bajo la acción del Espíritu Santo.

Igual que el matrimonio de Jesús con la Iglesia se consumó en el altar de la Cruz al ofrendarse como la víctima agradable a Dios Padre, así la ordenación (el matrimonio) de un sacerdote con la Iglesia se consuma en el momento de su primera consagración eucarística, porque no es él quien se ofrenda, sino es Cristo a través del sacerdote. En palabras de san Pablo: “y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2, 20).

Algunos pasajes, de entre muchos, corroborando el orden sacerdotal:
“Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que en fin de cuentas se exige de los administradores es que sean fieles.” (I Corintios 4, 1-2)
Los misterios de Dios son, como ya se mencionó, la Eucaristía y el perdón de los pecados.
“Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón.” (Hebreos 5, 1-4)
De nuevo, "dones y sacrificios por los pecados". Sabemos que sólo el sacrificio de Cristo es válido, entonces ¿a qué hace referencia? Creemos firmemente que Cristo es el Sumo Sacerdote y el sacerdote es el signo visible de su presencia.
“Y vosotros seréis llamados «sacerdotes de Yahveh», «ministros de nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis.” (Isaías 61, 6)
“Yahveh habló a Moisés y le dijo: «No pases revista a la tribu de Levi ni hagas su padrón entre los demás israelitas. Alista tú mismo a los levitas para el servicio de la Morada del Testimonio, de todos sus utensilios y de todo lo que se relaciona con ella. Ellos han de llevar la Morada con todos sus utensilios, estarán al servicio de ella y acamparán en torno a ella. Cuando haya de trasladarse la Morada, la desmontarán los levitas, y cuando la Morada se detenga, los levitas la montarán. El laico que se acerque, será muerto. Los israelitas acamparán cada uno en su campamento y bajo su bandera, por cuerpos de ejército. Pero los levitas acamparán alrededor de la Morada del Testimonio; y así no se desatará la Cólera contra la comunidad de los israelitas. Los levitas se encargarán del ministerio de la Morada del Testimonio.»” (Números 1, 48-53)
“Moisés mandó entonces que Aarón y sus hijos se acercaran y los lavó con agua. Puso sobre Aarón la túnica y se la ciñó con la faja; lo vistió con el manto y poniéndole encima el efod, se lo ciñó atándoselo con la cinta del efod. Luego, le impuso el pectoral en el que depositó el Urim y el Tummim. Colocó también la tiara sobre su cabeza y puso en su parte delantera la lámina de oro, la diadema santa, como Yahveh había mandado a Moisés. Después Moisés tomó el óleo de la unción y ungió la Morada con todas las cosas que contenía para consagrarlas. Roció con él por siete veces el altar y ungió el altar con todos su utensilios, así como la pila con su base, para consagrarlos. Y derramando óleo de la unción sobre la cabeza de Aarón, lo ungió para consagrarlo. Luego Moisés mandó que se acercaran los hijos de Aarón; los vistió con las túnicas, les ciñó la faja y les puso las mitras, como Yahveh había mandado a Moisés. Después hizo traer el novillo para el sacrificio por el pecado, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del novillo, víctima por el pecado.” (Levítico 8, 6-14)
Y entre los padres de la Iglesia hay muchas menciones al término de sacerdote, que como ya se mencionó se asocia al sacrificio, aún presente luego de la entrega de nuestro Señor en la cruz:
“Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el sacerdote de la antigua ley era figura de Él, y el sacerdote de la nueva ley actúa en representación suya” (santo Tomás de Aquino).
“Que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también al obispo, que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de Dios y como a la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar de Iglesia” (san Ignacio de Antioquia)

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